La salud comienza en la boca. De una buena salud bucodental dependerá la posible aparición, de otros problemas derivados.
Además, la boca es muy importante por sí misma: hablamos, besamos, comemos, susurramos, y es una de nuestras partes más visibles, por lo que se merece unos cuidados a la altura de su importancia.
Muchos de estos cuidados podemos darlos nosotros mismos en casa: un buen cepillado, por ejemplo, al menos un par de veces al día, de la manera correcta y con un cepillo que se renueve de manera regular.
También tenemos que asegurarnos de no compartir el cepillo con nadie, utilizar colutorios y enjuagues, o incluso usar hilo dental.
Hay algunos menos conocidos, como llevar una dieta sana y equilibrada.
Pero además de todo esto, lo que resulta fundamental, es visitar al dentista al menos una vez al año.
Muchas veces lo pasamos por alto: asociamos la visita al dentista con el dolor. Sin embargo, muchos problemas pueden estar desarrollándose antes de que lo notemos, y detectarlos a tiempo nos ahorrará un mal trago. Igualmente, es recomendable realizar una higiene o limpieza bucal de manera anual para evitar problemas futuros.