«Nuestra filosofía slow cream defiende y apoya el esfuerzo de los productores locales, por este motivo, siempre que es posible nuestros productos se elaboran con las mejores materias primas provenientes de las granjas más cercanas. Esforzándonos en crear el mejor helado artesanal y hacer de nuestros locales un lugar de encuentro creando experiencias únicas. Creemos en la empresa como una comunidad de personas entregadas en el arte del detalle y en la experiencia del cliente, buscando mejorar día a día. Nos gusta crear el helado perfectamente imperfecto, ese que sabe a gloria y del que rebañarías hasta la última gota; ese que, a su manera, te hace un poquito más feliz. Construyendo sonrisas y pequeños instantes de microfelicidad.»